Oscar Wilde dijo que la “verdad nunca es pura y rara vez es simple”. Vamos a tratar de meternos en este hecho complejo que es la condena a CFK. Hay quienes dicen que es solo un acto de proscripción y hay quienes dicen que es un acto solo de justicia. Las cosas son más como decía Wilde.
1-La corrupción es de todos, la proscripción solo de CFK
En todos los gobiernos de la democracia hubo escandalosos casos de corrupción. Sin embargo, solo hay una dirigente inhabilitada para presentarse como candidata: Cristina Fernández de Kirchner.
Gobierno de Raúl Alfonsín, primera gestión desde la recuperación de la democracia. Miles de familias de bajos recursos que esperaban comprar sus casas a precios populares gracias al Fondo Nacional de Vivienda fueron estafadas. Licitaciones amañadas, sobreprecios y malas administraciones terminaron en obras que nunca se hicieron y miles de laburantes se quedaron sin su hogar. Hubo múltiples denuncias e investigaciones que, inclusive, involucraban a Alfonsín, pero nunca prosperaron.

Gobierno de Carlos Menem. El Banco Nación contrató a IBM Argentina para informatizar su red de sucursales por una suma de 250 millones de dólares. El objetivo era modernizar el sistema bancario, pero la licitación estuvo amañada desde el arranque: IBM ganó el contrato tras pagar sobornos millonarios a funcionarios y gerentes del Banco. En 2009, 16 años después, la Justicia dictó condenas a 15 exfuncionarios y ejecutivos, aunque muchos zafaron o recibieron penas excarcelables. IBM pagó multas millonarias en EE.UU. bajo la ley anticorrupción FCPA.
Con la bandera de terminar con la corrupción, Fernando De La Rúa venció a Eduardo Duhalde, candidato del peronismo. Sin embargo, lo único que se terminó fue el gobierno de De La Rúa que se fue en helicóptero en diciembre del 2001. Como anticipo de esto, entre muchos casos de corrupción escandalosos, en el año 2000 se conocieron las coimas en el Senado para aprobar la reforma laboral. En 2016, todos los imputados fueron absueltos por el Tribunal Oral Federal N.º 3, alegando “falta de pruebas”.
En el caso de Macri, la lucha anticorrupción también fue una bandera, pero como es costumbre, quienes más declaman la honestidad terminan siendo tan tránsfugas como el resto o peor. Caso Correo: la familia Macri (Grupo SOCMA) debía desde 2001 una millonaria deuda al Estado por el manejo del Correo Argentino privatizado. Cuando Mauricio llegó al poder, su gobierno intentó condonar más del 98% de esa deuda, en una maniobra impúdica que fue frenada por la fiscal Gabriela Boquín. El expediente sigue abierto. El juicio de quiebra sigue en danza hasta hoy.
Solo elegí poner un caso de corrupción por gobierno. Como ven todos conviven en la podredumbre de los negociados espurios. Sin embargo, la impunidad es la regla. Ninguno de todos los presidentes o figuras importantes de estos gobiernos fueron inhabilitados para competir electoralmente. ¿Raro, no?
2-Durante el kirchnerismo se puso en pie un esquema de corrupción sistemático y escandaloso
Hay un nombre que une a las denuncias más importantes contra el kirchnerismo: Lázaro Baez. Lázaro Báez comenzó su carrera profesional trabajando como empleado bancario en la provincia de Santa Cruz, donde desarrolló contactos importantes en el ámbito político y empresarial. Su cercanía con Néstor Kirchner, entonces gobernador de la provincia, fue clave para su posterior ascenso en el mundo de la construcción y los negocios públicos. Aprovechó estas conexiones para fundar su propia empresa constructora, Austral Construcciones, que rápidamente se posicionó como un actor central en la obra pública santacruceña.

Durante la década de 2000, con Kirchner ya en la presidencia de Argentina, Báez se consolidó como uno de los principales contratistas del Estado nacional. Su empresa obtuvo millonarios contratos para obras viales, principalmente en la Patagonia, generando un crecimiento acelerado de su patrimonio y una expansión considerable de su grupo empresario. La cercanía política con los Kirchner y la adjudicación sistemática de contratos públicos dieron origen a sospechas sobre irregularidades y corrupción.
Las investigaciones judiciales comenzaron a profundizarse a partir de 2013, con denuncias que apuntaban a maniobras de lavado de dinero y sobreprecios en contratos de obra pública, en particular en la causa conocida como “la ruta del dinero K”. Báez fue procesado en múltiples causas y, tras años de investigación, en 2018 fue condenado a prisión en la causa Vialidad por administración fraudulenta en perjuicio del Estado, en un fallo que involucró también a Cristina Fernández de Kirchner. Lázaro Báez experimentó un aumento patrimonial extraordinario entre 2003 y 2015, período en el que su fortuna creció más de 12.000%, según estimaciones del Tribunal de Tasación de la Nación (TTN).
En los tres gobiernos kirchneristas Lázaro fue uno de los contratistas más favorecidos por la obra pública. Antes de conocer a Néstor y de convertirse en su amigo no se dedicaba a la construcción…¿Es posible que Cristina no supiese nada? Varias de las obras, cuyas licitaciones estaban plagadas de sobreprecios e irregularidades, no se terminaron.
¿Cuál era la paga de Lázaro Baez al matrimonio Kirchner por semejante favoritismo en la licitación de obra pública? Hubo una investigación que terminó de manera irregular, la del crecimiento del patrimonio del matrimonio presidencial.
En la causa denominada “Ruta del Dinero K”, se condenó a 12 años a Lázaro Baez por lavado de dinero agravado en su rol de organizador. Ni Cristina ni Néstor Kirchner fueron juzgados, pero la justicia determinó que el dinero lavado en paraísos fiscales era proveniente de la obra pública. ¿Todo ese dinero era de Lázaro? Es decir, ¿Los Kirchner favorecían con la obra pública a Lázaro Baez a cambio de nada?
El patrimonio de la familia Kirchner creció de manera acelerada desde que Néstor Kirchner asumió la presidencia en 2003, pasando de alrededor de 1,5 millones de pesos declarados en 2003 a más de 60 millones en 2010, año de su muerte. Este incremento —superior al 3.000%— fue atribuido oficialmente a actividades inmobiliarias, alquileres de propiedades y plazos fijos, aunque numerosas investigaciones periodísticas y judiciales cuestionaron la veracidad de esos ingresos.
Durante el gobierno de Cristina Fernández, el patrimonio familiar continuó creciendo, en parte por la compra y alquiler de hoteles y propiedades, muchas de ellas administradas por empresas vinculadas a Lázaro Báez. Aunque Cristina fue sobreseída en causas por enriquecimiento ilícito, otras investigaciones, como Hotesur, Los Sauces y Vialidad, analizaron si ese crecimiento se debía a retornos de contratos de obra pública adjudicados a empresarios amigos.
Vamos al sobreseimiento de Cristina y Néstor Kirchner en el 2009. El sobreseimiento de Néstor y Cristina Kirchner en la causa por enriquecimiento ilícito de 2009 generó fuertes críticas por la celeridad del proceso y la debilidad de los fundamentos. El juez Norberto Oyarbide dictó el sobreseimiento en tiempo récord —apenas 25 días después de iniciada la causa—, basándose en una pericia contable realizada por funcionarios del Ministerio de Justicia del propio Poder Ejecutivo. La Justicia aceptó la explicación de los Kirchner, quienes justificaron el incremento del 158 % de su patrimonio en un solo año (de $17,8 a $46 millones) por operaciones inmobiliarias exitosas y la revalorización de activos en dólares. La causa había sido abierta tras una denuncia de la Coalición Cívica por el crecimiento patrimonial inconsistente declarado en las declaraciones juradas públicas de Cristina.
Lo más cuestionado fue la intervención directa del Gobierno en la pericia clave: Oyarbide admitió públicamente que había actuado luego de recibir “presiones” de funcionarios del Ejecutivo, una declaración que generó un escándalo institucional. Además, el hecho de que no se permitiera una auditoría independiente ni se citara a peritos de la oposición o del Ministerio Público Fiscal alimentó las sospechas de parcialidad.
Organismos como la Auditoría General de la Nación y medios de investigación independientes señalaron que las justificaciones presentadas eran inverificables y que no se profundizó sobre el origen real de los fondos. La resolución, lejos de cerrar el tema, reforzó la percepción de impunidad y se convirtió en uno de los hitos más simbólicos de la tensión entre el kirchnerismo y la Justicia federal.
3-El kirchnerismo fue el momento en el que más se redistribuyó la riqueza de toda la democracia
Todo lo que dijimos anteriormente no invalida que en las tres presidencias K, aunque sobretodo en las dos primeras, fue el momento en el que más se repartió la torta desde que volvimos a tener democracia en 1983. Algunos datos que lo prueban, antes de que me traten de kuka encubierto.
- Coeficiente de Gini: Entre 2003 y 2013, el índice Gini (que mide la desigualdad: cuanto más bajo, más equidad) bajó de 0,52 a 0,38, lo que implica una reducción significativa de la desigualdad del ingreso. Fue uno de los retrocesos más pronunciados en la región.
- Durante buena parte del primer kirchnerismo (2003–2011), Argentina llegó a tener uno de los salarios más altos de América Latina en dólares, e incluso el más alto en algunos años puntuales, dependiendo del indicador usado (salario mínimo, salario promedio o salario industrial) y el tipo de cambio de referencia,
- Políticas sociales expansivas: Planes como la AUH (2009), la jubilación por moratoria, y los aumentos sostenidos del salario mínimo y las paritarias libres contribuyeron al crecimiento del ingreso de los sectores populares.
- Se crearon 19 nuevas universidades nacionales, lo que representó la mayor expansión del sistema universitario público desde el retorno de la democracia. Esta política buscó ampliar el acceso a la educación superior, especialmente en zonas históricamente relegadas, como el conurbano bonaerense y algunas provincias del norte y del sur.
- Más de 3,5 millones de personas pudieron acceder a la jubilación sin contar con los 30 años de aportes requeridos, gracias a los planes de moratoria previsional, lo que configuró uno de los mayores procesos de inclusión previsional de la historia argentina.
Esto solo por mencionar algunas de las medidas de mayor impacto en la vida de los sectores populares.
Además de la evidente voluntad política de avanzar con estas reformas en beneficio de los trabajadores y sus familias, también había condiciones políticas y económicas que lo posibilitaron. Cientos de miles de argentinos habían salido a las calles en 2001 y el establishment tenía terror de que la situación se desmadrara. Por otro lado, el boom de las materias primas ayudó al ingreso de dólares necesarios para financiar estas políticas sociales.
Cuánto estas dimensiones cambiaron, sea por la desaceleración económica de China o por que luego de años, la sociedad volvió a votar y a confiar en las instituciones democráticas, los sectores concentrados de poder empezaron a hacerle la guerra al kirchnerismo.
En 2015, último año de Cristina Kirchner en el poder, la pobreza era del 28%. Para 2024 era del 50% y en la actualidad del 38%. Es decir, se empeoró bastante desde que CFK no está en el poder. Sin embargo, durante el gobierno de Alberto Fernández, el candidato de Cristina Kirchner, la pobreza avanzó fuertemente y se inauguró la categoría de “trabajadores pobres”.
Los gobiernos de los Kirchner resultaron ser los que más redistribuyeron la riqueza. Esto, los llevó a enfrentamiento con el poder concentrado y por consiguiente, con problemas judiciales con las terminales de estos poderes en la Justicia Federal, es decir, con Comodoro Py.
4-La investigación de Vialidad prueba que hubo corrupción, no prueba que Cristina esté directamente implicada
La causa conocida como Vialidad investigó la adjudicación de 51 obras públicas en Santa Cruz entre 2003 y 2015, la mayoría de ellas otorgadas a empresas vinculadas a Lázaro Báez. La Justicia determinó que existió un sistema de corrupción en el manejo de esos contratos: se detectaron sobreprecios, licitaciones amañadas, obras no terminadas y una concentración anómala de fondos. Varios funcionarios de alto rango —como Julio De Vido, José López y el propio Báez— fueron condenados por estos delitos, probándose que hubo defraudación al Estado.
Cristina Fernández de Kirchner fue condenada en dos instancias con posterior ratificación de La Corte, a seis años de prisión e inhabilitación para ejercer cargos públicos. Los jueces sostuvieron que, como presidenta, tuvo un rol central en el esquema de corrupción al permitir y encubrir su funcionamiento, lo que calificaron como “asociación ilícita”. Sin embargo, no se presentaron pruebas directas que acrediten que Cristina ordenó o gestionó esas obras. La condena se basó más en una atribución política de responsabilidad institucional que en actos concretos que la vinculen personalmente con el fraude.
Esto no significa que no sea evidente que CFK no podía no saber el enorme esquema de corrupción que se había montado durante sus gobiernos. Significa que legalmente no se pudo probar. Como no se pudo probar, lo jurídicamente correcto sería que no se sancione. Sin embargo, en política, lo jurídicamente correcto rara vez sucede. ¿Por qué?
5-La justicia es amiga del campeón.
Ni la justicia es independiente ni persigue sola y únicamente a los peronistas. Varios estudios (por ejemplo, en el British Journal of Political Science) muestran que la cantidad y velocidad de causas judiciales contra funcionarios aumentan notablemente cuando estos pierden poder. En contraste, cuando ocupan cargos o tienen respaldo político, las causas en su contra se congelan o avanzan muy lento, lo que sugiere un mecanismo de control dependiente de los vaivenes del poder.
La investigadora Gretchen Helmke, en su libro Courts Under Constraints (2014), documenta que en Argentina la estabilidad e independencia judicial varían según la proximidad política. Cuando los gobernadores están en funciones, las cortes provinciales tienden a mantener jueces alineados. Sin embargo, en gobiernos no afines, esas mismas instancias judiciales suelen verse debilitadas o reestructuradas.
El kirchnerismo se esfuerza por mostrar que sólo ellos son perseguidos y que el resto goza de impunidad. En el punto uno vimos como muchos políticos de otros gobiernos gozaron de impunidad, pero los dirigentes del kirchnerismo también se beneficiaron de ella mientras estuvieron en el poder y, en ocasiones, cuando lo perdieron también.

Julio De Vido, exministro de Planificación Federal durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. Fue investigado en múltiples causas, entre ellas la Tragedia de Once (donde fue condenado), Río Turbio y Yacimientos Carboníferos. Sin embargo, en muchos procesos fue absuelto o liberado rápidamente, a pesar de las sospechas de corrupción. Su situación judicial se extendió por años con demoras y beneficios procesales, lo que generó la sensación de impunidad en varios sectores.
Julio César Cleppe, exfuncionario acusado en el caso de la Tragedia de Once y otros procesos vinculados a la administración del transporte. A pesar de las pruebas y causas abiertas, no ha recibido condenas significativas. Beneficios procesales y demoras judiciales dificultaron el avance.
Carlos Tomada, ex ministro de Trabajo. Tras el asesinato del militante del Partido Obrero, Mariano Ferreyra a manos de una patota mandada por José Pedraza, se conocieron llamados entre el sindicalista y Tomada. En estas conversaciones, se convenían como “abordar el tema de los tercerizados”. El entonces ministro no fue llamado ni a declarar.
Decir que los funcionarios del kirchnerismo gozaron de impunidad no es equipararlos con la del resto. SÍ, los dirigentes K gozaron de cierto blindaje judicial que no tendría ninguno de los lectores de esta nota, ni quién la escribe. Sin embargo, el resto estuvo mucho más blindado. El caso paradigmático es Mauricio Macri, quien tiene al menos siete causas y no fue ni llamado a declarar.
6-Es proscripción
Por todo lo anteriormente dicho, concluimos que hay un acto de proscripción en la condena de CFK.
A pesar de los casos de corrupción y teniendo en cuenta su enfrentamiento con los grupos concentrados de poder y la doble vara de la justicia con respecto a sus crímenes, la inhabilitación perpetua a CFK para ocupar cargos es una clara avanzada antidemocrática.
Esto no la vuelve inocente. Solo la vuelve tan culpable como todos los presidentes en cuyos mandatos hubo casos de corrupción y no podían no saberlo. Es decir, todos.